TERAPIA MIOFASCIAL

El sistema fascial es una ininterrumpida red que rodea todas las estructuras de nuestro cuerpo envolviendo músculos, nervios, órganos… De esta manera estamos supeditados al estado de nuestro sistema fascial. No es posible mantener un cuerpo saludable sin que tengamos un sistema fascial saludable. Las restricciones de este sistema miofascial presentan incomodidades que interfieren con el funcionamiento apropiado de nuestro cuerpo. La liberación de esas restricciones mantiene nuestro sistema fascial en un estado de tensión óptimo y perfectamente equilibrado para que el cuerpo se encuentre cómodo.

Por la composición del tejido fascial éste tiende a quedarse adherido al resto de tejidos como músculos, venas, arterias… Esto provoca el inicio de la perdida de movimiento entre unas capas y otras generando dolor inespecífico como el dolor de cabeza, dolor en los hombros, sensación de sobrecarga en el cuello, dolor menstrual y lumbar… El proceso puede comenzar con una antigua lesión, con una alteración de la postura e incluso con cargas emocionales. A medida que pasa el tiempo las restricciones van haciéndose mayores y el dolor tiende a cronificarse, aumentando en intensidad e inespecificidad.

La Terapia Miofascial es un concepto terapéutico, perteneciente a la Terapia Manual, dirigido al restablecimiento funcional del alterado sistema fascial. Es un proceso de evaluación y tratamiento en el cual el terapeuta, transfiere una ligera fuerza (tracción y/o compresión) al tejido diana, facilitando la recuperación de la calidad del sistema fascial. El fisioterapeuta coloca sus manos de manera muy suave poniendo en tensión los tejidos y liberando el movimiento que quedaba restringido por las adherencias. Son técnicas muy agradables y llevaderas.

En la primera consulta el fisioterapeuta hace una minuciosa entrevista con el paciente con el fin de extraer toda la información posible sobre anteriores lesiones y poder determinar el origen del problema, a menudo es necesario explorar zonas distantes a la región donde se manifiesta el dolor teniendo una visión global de la persona, ya que para nosotros el cuerpo es un todo indivisible. Ya en la primera sesión se inicia el tratamiento de manera personalizada y adaptado a las necesidades concretas de cada paciente.

En FisioAzul contemplamos la FASCIA como base de nuestro abordaje terapéutico y formativo. A diario en consulta cruzamos nuestras habilidades sensitivas de escucha del tejido con un razonamiento clínico que nos permita dar respuesta a los desequilibrios que evidenciamos en nuestras evaluaciones.

El tejido fascial se distribuye por todo el organismo, envolviéndolo e interactuando con vasos sanguíneos, vísceras, meninges, huesos y músculos, creando varias capas a diferentes profundidades, formando una matriz metabólica y mecánica tridimensional. Este sistema orgánico dota al cuerpo de una estructura funcional, proporcionando un entorno que permite que todos los sistemas corporales funcionen de manera integrada (respondiendo a variaciones energéticas, emocionales, posturales, nutricionales, etc.). Hallamos este concepto de integridad de tensión o Biotensegridad desde todo el sistema corporal hasta niveles celulares individuales, dotándolos de una capacidad de respuesta ante información mecánica interna y externa con el propósito de mantener las funciones locales y sistémicas estables. Estudios actuales formulan nuevas hipótesis sobre la inclusión de la sangre y la linfa o «fascia líquida» en dicho modelo de Biotensegridad, siendo elementos de importancia estratégica para la transmisión de la información mecanometabólica.

La restricción del sistema fascial, puede deberse a múltiples causas, será necesario realizar una evaluación completa para poder aplicar las pautas terapéuticas necesarias en cada caso. La amplitud del sistema fascial, nos invita a abordarlo desde diferentes especialidades sanitarias para obtener la tan necesaria HOMEOSTASIS CORPORAL.

Existen multitud de artículos científicos publicados, donde un denominador común parece ser la relación directa entre la restricción del sistema fascial y la limitación de la amplitud del rango del movimiento articular.

Conocer y sentir el alcance de este sistema nos permite ser mucho más respetuosos con el organismo, apostando por estrategias terapéuticas conservadoras con exitosa resolución.